LA CUEVA
UNA HISTORIA DE DESCUBRIMIENTOS, PASIÓN Y EMOCIONES
Fue el 29 de mayo de 1931, cuando durante los trabajos de excavación para la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, a pocos metros del centro abitado de Putignano, los trabajadores se encontraron frente a una maravilla de la naturaleza: una «vasta cueva de estalactitas y estalagmitas». El Cav. Ernesto Losavio, el Podestà de Putignano, pidió a los Ingenieros Civiles de realizar cuanto antes una inspección en esa zona para acordar las medidas a dictar.
El 28 de junio de 1931 por la Superintendencia de Antigüedades y Arte de Puglia, se hizo una solicitud explícita al Ministerio de Educación Nacional para poder colocar bajo protección la cueva natural ubicada en Putignano sobre la base de la ley n. 778 de 06/11/1922. En menos de tres meses, las cuevas de Putignano fueron declaradas sujetas a una protección especial, cuya conservación es de gran interés público gracias a su belleza natural.
Oficialmente, la Grotta del Trullo en Putignano fue inaugurada el 21 de junio de 1935 en presencia de los más altos funcionarios de la ciudad y de la región. La ceremonia fue oficiada personalmente por el Príncipe de Italia, Umberto II de Saboya. Según documentos históricos, el príncipe se trasladó a Putignano por
invitación del marqués Guglielmo Romanazzi Carducci, en el momento Podestà del pueblo, y en la misma fecha inauguró también el sanatorio climático de Monte Laureto. En recuerdo de esta augusta visita, se colgó una placa conmemorativa en las paredes del trullo a la entrada de la cueva, que aún hoy está presente.
Las cuevas de Putignano se convierten así en el primer sitio turístico del sur de Italia, donde los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en un lugar escondido, para ver lo que la naturaleza ha dibujado a lo largo del tiempo. Documentos históricos muestran que el flujo turístico debió ser bastante abundante, tanto que en abril de 1934 se decidió erigir un «edificio modesto» cerca de la escalera que conduce a las cuevas. Esta construcción permite al visitante un mínimo de descanso o refrigerio. Luego se construyeron trulli, perfectamente adaptados a las cuevas, ya que ambos son.